Nadie es malo para estudiar

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Cuando los niños están en su etapa de pre- adolescencia comienzan periodos de dudas en su vida y muchas situaciones les pueden afectar de sobremanera. Un ejemplo clave es al comenzar los periodos de pruebas, donde muchas veces caen en la excusa de no saber estudiar, “soy malo para estudiar” y “no soporto estudiar y hacer tareas”, con un par de excusas que utilizan. Tienen distractores como la televisión y los juegos tecnológicos, lo que muchas veces les puede generar ansiedad por estar jugando todo su tiempo libre y mantenerse alejado de los cuadernos y libros.
La revista Hacer Familia entrega ciertos consejos para tomar calma y poder reaccionar de la mejor manera ante esta situación y poder ayudar a tu hijo:

• Entender la etapa en la que están. Cuando nuestros hijos entran en la pre adolescencia aparecen sus primeros cambios físicos y a sentirse más autónomos e independientes de los padres. Los pares comienzan a tener un rol más importante en sus vidas y el colegio y los amigos son un tema en esta etapa. Por ende, los padres deben contenerlos, escucharlos y darle tiempo para que nos digan todo aquello que sientan y piensen de sí mismo y de lo que están experimentando. Se aconseja identificar sus miedos y fantasías, logrando comprender las razones de por qué piensan esto y ayudarlos a comprender que es un período de su vida en que deben compatibilizar estudios con amistades.

• Indagar si esto alude a una creencia irracional de nuestros hijos o efectivamente están atravesando por alguna dificultad académica real y concreta. Para esto es muy importante estar en contacto con los profesores y estar abiertos a recibir indicaciones y sugerencias por parte de ellos. Los profesores saben cómo abordar estos periodos de la adolescencia, por lo que muchas veces se convierten en los mejores consejeros de los padres.

• Estar constantemente potenciando las capacidades, recursos y talentos de nuestros hijos. Esto afectará directamente su autoestima y en cómo se refieran o hablen de sí mismos.

• Entregarles las herramientas necesarias para estudiar y aprender, es fundamental que tengan un espacio adecuado donde se puedan concentrar, que tengan materiales de estudio y de apoyo. Es importante que exista clima de tranquilidad en la casa y enseñarles que no es malo si dicen “no sé” o que pidan ayuda.

• Hay que hacerle entender al hijo que ningún estudiante es malo para estudiar, mejorar en el estudio se logra con motivación, esfuerzo, perseverancia, tolerancia a la frustración y hábitos de estudios. Todos estos valores se deben trabajar con los hijos desde que son pequeños, para que así mantengan siempre estos hábitos.

Revista Hacer Familia

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