En los próximos días, muchos niños comenzarán sus vacaciones de invierno, pero antes de ellas hay un periodo que la mayoría teme: las últimas pruebas de este semestre y, para algunos, los exámenes.
En muchos estudiantes, este periodo suele provocar nerviosismo, insomnio, dolores de cabeza o malestar intestinal, lo que conlleva a la ansiedad, que suele disminuir la capacidad de razonamiento, concentración e interferir en su memoria.
En este tipo de ocasiones, los niños suelen sentirse inseguros y comienzan con pensamientos negativos sobre sus capacidades. Hay que recordarles sus éxitos y atribuírselos al esfuerzo, la inteligencia y constancia, y no a factores como la suerte o facilidad de la tarea.
Muchas veces son los padres quienes les exigen más de lo que el hijo puede dar, o pueden ser muy estrictos con las notas, pensando que de esa manera el niño va a mejorar. La crítica no constructiva sólo sirve para bajar su autoestima y aumentar su ansiedad ante los nuevos retos, lo correcto es mostrarles dónde falla, pero como una forma de participar en su formación. Además, es importante valorar los esfuerzos y el comportamiento en el colegio, más que la nota de un examen.
Algunos niños sienten miedo porque no han estudiado lo suficiente, por eso es fundamental que adquiera el hábito de estudiar a diario, así evitará que se junte tanta materia y el estudiante colapse y sufra cuadros de angustia y/o ansiedad.
Para lograr organizar y optimizar su tiempo, lo mejor es que su hijo aprenda algunas estrategias como resumir, subrayar y esquematizar.
Para el día del examen,el portal «Guía del niño» recomienda a los padres que hagan lo siguiente:
-Dejar lista la mochila el día siguiente y volver a revisarla antes de acostarse, así está seguro de llevar todo lo necesario al colegio.
-Salir con tiempo de la casa, así evitar algún problema inesperado, tal como un taco.
-Volver a leer el resumen de la materia y hacerle preguntas fáciles sobre ella, así el niño sentirá que sabe y domina todo.