Entre un 5% y 8% de los escolares en Chile padece de trastorno por Déficit Atencional. Si bien a estos niños les cuesta controlar sus impulsos y reflexionar, con el tiempo pueden aprender a controlarlo.
A los niños inquietos suelen llamarlos «niños hiperactivos», sin embargo la hiperactividad va más allá de esto.
Sus características es que están en constante movimiento y toman todos los objetos, les cuesta
focalizarse en una sola actividad y cambian a otra sin terminar lo que estaban haciendo. Pueden hablar mucho, pero no siguen una conversación. Les cuesta mantener la mirada fija en una persona, haciendo barridos de la situación en que se encuentran. A esto se suma que suelen ser bruscos y romper objetos o pasarlos a llevar sin darse cuenta, les cuesta dormirse y hasta última hora están dando vueltas.
La Dra. Marcela Paredes, neuróloga infantil de Clínica Santa María, asegura que “lo que ocasiona la hiperactividad es el mal control de los impulsos y del freno inhibitorio, esto sobre todo en pacientes con trastorno por Déficit Atencional. Hay otros casos en que sucede sólo por falta de hábitos”.
El tratamiento que más reciben los niños hiperactivos es psico-farmacológico, pero también es importante el manejo conductual y las actitudes de los padres, así como el entorno educativo en que se desarrolle. Si este tratamiento es bueno, los niños aprenderán a controlar su hiperactividad.
Si bien al año y medio de edad los niños son conocidos como “deambuladores” o “exploradores”, debido a que comienzan a explorar de modo activo su entorno inmediato, en el día también tienen periodos de tranquilidad. Pueden dormir siesta, escuchar un cuento, tratar de armar o desarmar algo y terminarlo. En cambio, los niños hiperactivos no pasan por estos periodos.
“Un niño hiperactivo puede terminar rápido una tarea de manera poco prolija o no hacer la actividad, pasa su tiempo paseando por la sala, interrumpe el trabajo de sus compañeros y se esconde. Incluso, salen de la sala durante la clase. Suele pasar que alguno padres se sienten sobrepasados frente a los hijos que tienen conductas de riesgo como probar constantemente sus habilidades físicas, lo que los expone a accidentes”, explica la Psicóloga Pilar Bustamante, Psicóloga de Clínica Santa María.
La especialista agrega que la hiperactividad se asocial déficit atencional y puede presentarse con enuresis diurna o nocturna, trastorno del sueño, trastorno del lenguaje y del aprendizaje.
Es necesario y fundamental que los padres se documentan sobre qué significa tener un hijo hiperactivo, de modo de tener actitudes educativas y contenedoras. Es importante lograr acuerdos entre ellos, tener paciencia y creatividad, para que no se desautoricen y esto no cree un problema por causa de comportamientos desadaptativos de sus hijos.
Fuente: Clínica Santa María