Un juguete puede pasar de ser un objeto de entretención y esparcimiento, a ser el causante de una tragedia. Por ejemplo, una muñeca o un auto pueden ser atractivos para menores de edad, pero a la vez muy peligrosos para su salud.
Los niños entre dos y tres años tienen habilidades para jugar solos, pero aún no son conscientes del riesgo que corren al manipular algunos de sus juguetes, ya que en cualquier momento pueden asfixiarse si tragan un muñeco pequeño o la pieza de un rompecabezas.
El sitio web ABC del bebé aconseja una fórmula sencilla para diagnosticar cuándo un juguete puede ser peligroso, y es que simplemente hay que pasarlo a través del tubo de un rollo de papel higiénico y, si atraviesa por ahí, es demasiado pequeño para dárselo a un niño.
Pero la seguridad no solo pasa por el aspecto físico del juguete, ya que también se refiera a las situaciones de riesgo que el niño pueda tener por su uso inadecuado. Por esa razón se recomienda a los padres leer y prestar atención a los rangos de edades y etiquetas de advertencia de los empaques, aunque su hijo tenga más de cinco años.
Además de esto, el portal dice que los padres deben revisar periódicamente el estado de os juguetes para ir evaluando su deterioro y verificar si están dañados o rotos y así asegurar que ninguna punta o astilla lastimará al niño.
Otros consejos de seguridad con respecto a los juguetes de los niños, son:
– Juguetes con cuerdas o cordones pueden causar estrangulamiento.
– Cuando un juguete es eléctrico y está mal armado, puede provocar quemaduras. Además, estos deben ser usados bajo la supervisión de un adulto.
– Los juguetes con ruidos muy fuertes pueden perjudicar la audición del niño.
– Aunque sea su favorito, si un juguete se daña, es mejor botarlo inmediatamente.
