El invierno es la época del año cuando más se producen enfermedades del oído, esto debido a las bajas temperaturas, las que facilitan las infecciones, tanto de origen bacteriano como viral.
La mayoría son infecciones que afectan al oído medio, como otitis media-aguda o media-crónica, que pueden durar hasta dos semanas.
Luis Ortega, fonoaudiólogo y responsable de Calidad, Formación y Audiología en GAES, explicó al portal biobio.cl que “en la otitis media-aguda predomina un dolor muy agudo e intenso y es probable que el afectado oiga menos”.
El fonoaudiólogo recomienda acudir de inmediato a un especialista que, por lo general, evaluará al paciente para determinar el agente causante y en función de su diagnóstico, va a derivar al tratamiento adecuado.
Un cuidado especial se debe tener en las personas que padecen otitis media-crónica, porque pueden padecer secuelas de por vida, tal como la perforación de tímpano, que produce un supurado constante, situación que se puede arreglar con cirugía.
Otra de las infecciones es la neuriris vestibular, que aparece debido a una infección viral en el nervio vestibuar y que, como consecuencia, produce un vértigo intenso que va cediendo con el paso de las semanas.
El fonoaudiólogo entregó ciertas recomendaciones para evitar infecciones durante estos meses. Una de ellas es que los niños ni adultos se hurguen en el conducto del oído, tampoco aplicar remedios caseros ni abusar de los antibióticos, ya que se pone en riesgo la indemnidad de las delicadas estructuras del oído.
Para Ortega, lo mejor es siempre consultar a un médico otorrinolaringólogo para determinar correctamente el diagnóstico y el tratamiento adecuado.
El experto insiste en la idea de que “cuanto menos se introduzca cualquier elemento en el conducto auditivo del oído, mejor”. En el mismo sentido, aconseja sólo eliminar la cera que se produce en el exterior del oído, sin hacerlo en la zona interna. La cera es un agente natural de defensa de nuestro sistema auditivo, y que colabora en la protección ante objetos extraños, por lo tanto es normal que tengamos cerumen,
