Conseguir que los hijos sean niños felices es una de las principales metas de los padres, pero sin duda una de las más difíciles, ya que tratar de tener a los niños felices no es un sinónimo de consentirlo, esa línea puede llegar a ser muy frágil.
Por eso es muy importante comprender que lo fundamental es la formación de los valores y competencias afectivas de los niños. Esto a partir del uso de métodos educativos, activos y participativos en el hogar.
Para lograr esto, la familia tiene que ser el pilar principal, por eso es necesario fomentar la gratitud, amabilidad, trabajo en equipo, comunicación, integridad y hacer actividades con los hijos.
Las claves principales para que tu hijo sea feliz son:
– Ser amable. Niños amables experimentan más satisfacción y energía, son más cariñosos y agradables, y gozan de aceptación social.
– Dar las gracias. La gratitud favorece la estabilidad mental y enriquece el crecimiento de los niños. Los niños valoran más lo que tienen y a su entorno.
– Ser positivo. Los niños educados en un entorno positivo son más seguros y creen más en sí mismos. Tienen mayor control de su mente.
– No dramatizar. Debemos dar su justo valor a las cosas y a las situaciones. Debemos extinguir conductas como pegar, insultar o faltar al respeto
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– Logro personal. Los niños son más felices si consiguen sus objetivos por sus propios méritos. Debemos animarles en este sentido.
– Autonomía. Estimular la independencia de los niños, potenciará su autoestima, su seguridad y la confianza en sí mismos.
– Inteligencia emocional. Los niños deben aprender a controlar y regular sus emociones para resolver los problemas de manera pacífica. Eso genera tranquilidad y armonía en su carácter.