En los niños, las horas de siesta y el buen dormir cumplen una función reguladora y reparadora para su organismo. Es esencial para que puedan controlar su energía y la temperatura corporal, por lo mismo, es muy importante que se respete su ritmo para poder favorecer el descanso de los más pequeños.
Tanto en los bebés, niños como en adultos, el sueño tiene diferentes fases y etapas que van variando con la edad.
Fases del sueño infantil:
Sueño de Movimientos Oculares Rápidos, REM por sus siglas en inglés: es la fase más corta y activa del sueño, donde el cerebro aún permanece activo.
Sueño NO REM: fase larga, tranquila y profunda del sueño.
Etapas del sueño:
El sueño infantil, específicamente del bebé, está dividido en cuatro etapas que se van profundizando progresivamente, cada una dura 90 minutos y van en el orden de sueño REM y sueño NO REM.
El sueño infantil va transitando por ciclos de sueño superficial y profundo durante una misma noche y, a medida que va creciendo, lo normal es que el sueño liviano vaya disminuyendo y que los profundos aumenten.
Por ejemplo, a los 4 meses, el niño consigue dormir 3 o 4 horas seguidas, experimentando un estado de «semialerta» entre los extremos del sueño liviano y los 90 minutos del sueño profundo.Es en estos momentos cuando el bebé está propenso a despertarse, pero luego entra en la fase más profunda, completando sus casi 8 horas de sueño.
Periodo de vigilancia y descanso.
Lograr que el niño concilie el sueño, es una tarea difícil y constituye un verdadero desafío para los padres, pero si se respeta su ritmo, todo será más fácil.
Por ejemplo, un recién nacido, a tiene un modo de dormir y despertarse. Lo padres deben crear el clima apropiado para que el bebé establezca su propio ritmo de sueño, si al despertarse el bebé no encuentra una respuesta inmediata, se verá obligado a encontrar su propia rutina para seguir durmiendo.