¿Qué hacer cuando mi hijo miente?

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En algún momento, todos los niños mienten, pero cuando la mentira se convierte en algo crónico al pasar los cinco años, se revela un problema más profundo de inseguridad o falta de autoestima que conviene averiguar y tratar. El mejor consejo es que, si no quieres que tu hijo mienta a todas horas, evita hacer tú delante de él.

Todos mentimos en algún momento, tanto por conveniencia, vergüenza, interés, respeto o necesidad. Las mentiras crecen con nosotros y evolucionan junto con nuestra personalidad, pero si la mentira es persistente y trastorna nuestra vida y la de los que nos rodean, se convierte en algo patológico y peligroso.

Todos los padres deseamos que nuestros hijos nunca nos mientan, que confíen en nosotros y siempre digan la verdad, pero… ¿qué hacer cuando mi hijo miente?
El sitio web “Todo padres” entrega una serie de pautas que se pueden emplear para evitar en lo posible, que los hijos digan mentiras:

-Dar el ejemplo: es difícil pedirle a un niño que no mienta si nosotros lo hacemos de forma habitual.

-Crear un clima de confianza: darle seguridad de que puede contarnos todo con tranquilidad y sin miedo.

-Explicarle claramente la diferencia entre la verdad y la mentira: esto es de gran importancia en edades tempranas, donde hay que explicarles todo de acuerdo a su edad.

-Felicitarlos cuando digan la verdad: esto se torna especial cuando la misma conlleva riesgo de ser castigado.

-No reaccionar de forma desproporcionada cuando mienta: es preferible reprenderlo o comentar lo ocurrido en privado que hacerlo en público.

-Explicar claramente lo que esperamos en cuanto a cumplir con normas y los beneficios que conlleva. Esto permitirá entender bien la relación entre conducta y consecuencias.

-Fomentar oportunidades para que actúe de forma sincera, demostrar que nosotros confiamos en ellos, pero que deben ser honestos.

-Guardar proporcionalidad entre la conducta y sus consecuencias, es inadecuado castigar de manera excesiva una conducta errónea, al igual que premiar de sobremanera una positiva.

-No siempre hay que castigar la mentira: hay veces que es más positivo saber sus razones para mentir, para que podamos enseñarles lo valiosa que es la sinceridad.

-Liberarse de actitudes neuróticas: no hay que reaccionar con ansiedad ante la simple posibilidad de la mentira

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