Los niños son como todos nosotros, no siempre prestan atención a todo lo que les dicen. Cuando más ayuda necesitan es de los 2 a 3 años, edades donde realmente necesitan la ayuda de los padres para aprender a escuchar con atención.
“Lo que a menudo ocurre es que los padres le dicen algo al niño y este lo ignora. Se lo repiten 10 veces y es entonces cuando empiezan a contar hasta tres, y le dicen al niño que lo castigarán si no les hace caso. En realidad, lo que logran con esto, después de algunas repeticiones, es que el niño escuche hasta la décima vez”, dice Roni Leiderman, directora del Centro Familiar de la Universidad del Sudeste, en Florida, al blog español BabyCenter.
Existen estrategias sencillas, que si los padres son constantes, podrán enseñar a los niños pequeños a prestar atención y aprender a escuchar.
– Ponerse a su nivel: el consejo es agacharse o alzar al niño, de manera que puedas mirarlo a los ojos y captar su atención. El contacto visual es muy importante y efectivo cuando estás frente a frente con tu niño.
– Hablarle con claridad: hay que usar palabras sencillas, claras y con autoridad. Perderás su atención si la explicación es demasiado larga. Tampoco le hables en forma de pregunta cuando en realidad tu niño no tiene opción, es bueno darle opciones, pero asegúrate de que a ti te gusta lo que podría elegir y quédate solo con dos.
– Cumple tus promesas sin demora: es importante que tu hijo confíe en tus palabras y sepa que hablas en serio. Por eso es crucial que no hagas amenazas ni promesas que no estés dispuesta a cumplir. Procura que tu respuesta sea rápida para que tu niño aprenda a hacer lo mismo.
– Refuerza tu mensaje: otra forma de enfatizar tu mensaje es reforzar tus palabras con otras señales no verbales, sobre todo cuando estás tratando de dirigir la atención del niño de una actividad que le gusta, a otra que le guste menos.
– Hazle una advertencia: avisa a tu niño con antelación antes de cualquier cambio importante, sobre todo cuando esté muy entretenido y contento con sus amiguitos y juegues.
– Dale instrucciones realistas y hazlas divertidas: si le dices a tu hijo que recoja tus juguetes, mirará la pieza o lugar de juegos y no sabrá por dónde empezar. Por eso, dalo instrucciones realistas, como “vamos a guardar los cubitos amarillos” y luego transfórmalo en un juego, “bueno, ahora vamos a guardar los cubitos azules” y así sucesivamente.
– Motívalo: alzar la voz y gritar son técnicas que a veces funcionan, pero nadie disfruta. La mayoría de los niños responde mejor cuando los tratamos con buen humor y seguridad. Una opción también es ofrecerle recompensa con obedecer, en lugar de insistir que lo haga por obligación.
– Dale un buen ejemplo: los niños te escucharán mejor su ven que tú también sabes escucharos. Acostúmbrate a escuchar a tu niño con la misma atención y respeto que le brindarías a un adulto. Míralo cuando te hable, contéstale educadamente y permítele que termine de hablar sin interrumpirlo, siempre que sea posible. Procura no darle la espalda ni ignorarlo mientras te habla.
Fuente: BabyCenter